El camino del medio

Estamos bien cuando la mente está clara y tranquila. Disfrutamos de un sentimiento de tranquilidad cuando las cosas están definidas y son blancas o negras. Nos sentimos mejor cuando nuestros planes están bien delineados y van de un punto a otro en línea recta.

Es por esto que vemos tanta polarización a diario. En la política hay grupos de derecha y grupos de izquierda. En la religión hay teístas y ateos. Podríamos seguir mencionando ejemplos de esta índole.

Generalmente la gente que está en los extremos mira con desdén a los que se encuentran en el centro.

Por ejemplo en el tema de la religión hay ateos, teístas y también agnósticos. Los agnósticos reconocen que los humanos no pueden tener un conocimiento completo de todo lo que ocurre en el universo. No se puede concluir con toda certeza, de un modo científico, que los dioses existan o no.

Sin embargo a través de la historia filósofos, científicos y religiosos han elaborado muchas teorías para apoyar o desmentir la existencia de un dios creador y la existencia de muchos dioses.

La mayoría de las personas se sienten incómodas si no tienen una postura definida en este asunto. Por eso asumen una postura y comienzan a buscar argumentos para defenderla. Muchos siguen las tradiciones o lo que cree la mayoría.

Esto sucede en todos los aspectos de la vida, unos se polarizan y otros siguen el camino del medio.

La mayor parte de nuestras actividades no caen ni en la zona blanca ni en la negra sino que caen en la zona gris. Las cosas no son completamente definidas.

En ocasiones tenemos que enfrentarnos a lo desconocido y hay que atreverse a hacerlo y muchas veces sin un punto de referencia. Como consecuencia permanecemos en el centro, con dudas e incertidumbre.

Hay que aprender a vivir con dudas y sin saberlo todo. Esa incertidumbre y honradez intelectual es lo que nos mantiene curiosos y con una mente abierta para que en su momento podamos encontrar respuestas, si es que las podemos hallar. Si nos vamos a un extremo y tomamos una postura sin tener evidencia y absoluta certeza cerramos la mente a muchas posibilidades y la probabilidad de aprender.

Esta actitud ante la vida nos protegerá de caer víctimas de grupos extremistas, fundamentalistas y de cultos.